“¡Hasta cuándo vas a tener tus hijos, como el cuy, como el chancho!”, así le dijeron a Ernestina Mamani Quispe las enfermeras del Centro de Salud de Huancarani (distrito Huancarani, provincia Paucartambo, Cusco) en una de sus tantas visitas a su casa para llevarla a ligar al hospital de Paucartambo.
En una de aquellas atemorizantes visitas Ernestina estaba sembrando papa, vio que las enfermeras se acercaban, se escondió, pero la agarraron. La metieron a la fuerza a una ambulancia, rumbo al hospital.
“Me llevaron al hospital de Paucartambo, ahí me estaba escapando, pero el policía me ha agarrado y me llevó como si estuviese presa”.
Ernestina Mamani lloraba y gritaba con todas sus fuerzas. El personal de salud le decía que se calmara porque con su actitud estaba incentivando a las demás señoras a escaparse.
“Me dieron un papel para firmar, estaba llorando, no sé leer... Firma, firma, así me decían... me obligaron a firmar y yo sin conocimiento lo hice”.
“Cuando me han puesto en la cama, me han puesto la inyección (anestesia). Me agarraron de las manos, me aplastaron con su rodilla en la barriga, y me dijeron: ahí chiquitito no más te van a hacer la ligadura, por gusto pataleas”.
Ernestina Mamani recién reaccionó en su casa, en Huancarani. Las enfermeras la llevaron de regreso.
Una vecina le dijo: “Habías estado viva todavía Ernestina, yo pensé que te habías muerto, porque toda inconsciente te han traído”.